Cómo calcular el salario ideal que puedes pedir

Para la inmensa mayoría de las personas en búsqueda activa de empleo, no importa su perfil o sus años de experiencia, el momento de la entrevista de trabajo genera inquietud y dudas. Seguramente más que el desarrollo del trabajo en sí. Gran parte de esa ansiedad está originada por la inseguridad que provoca tratar el futuro salario: ¿Debo preguntar por él? ¿Qué momento es el más adecuado? ¿No perderé mis oportunidades si pido demasiado?

Calcula tu salario ideal

Atrévete a hablar de tu salario

El mercado laboral y la cultura empresarial son un entorno dinámico y cambiante. Si tienes suficiente edad, es posible que hayas leído en la prensa especializada artículos en los que se aconsejaba no preguntar por tu sueldo durante la entrevista de trabajo.

A un nivel más personal, ha formado parte siempre de los consejos transmitidos por el “boca a boca” el hecho de que la pregunta: “¿Cuánto deseas ganar?” era una trampa en la que no había que caer si querías ser contratado y que debía ser contestada con educadas frases hechas.

Como muchas otras cosas, eso ha ido cambiando y ahora los expertos en recursos humanos consideran que negociar tu futuro salario es algo normal y la persona encargada de dirigir la entrevista estará preparada para ese momento. Tanto peor para ti si no haces otro tanto.

Si llegas a esa fase lleno de dudas y sin haber realizado la más mínima reflexión previa darás la impresión de que no valoras lo bastante tu capacidad para desempeñar el puesto como para haberte preparado la entrevista. Eso jugará en tu contra o, como mínimo, te hará perder la oportunidad de percibir el salario que de verdad mereces.

 

Los factores que te bloquean

Para un candidato sin experiencia que se enfrenta a sus primeras entrevistas o aquel con baja cualificación, poder tener la oportunidad de comenzar su ciclo laboral y adquirir experiencia supondrá una motivación. Pero si eres un trabajador con un perfil y una experiencia que son demandados por el mercado, quizá no necesites conformarte con la propuesta de la empresa si no es la que te satisface.

Aún así, hay dos pensamientos bloqueantes que pueden socavar tu voluntad y capacidad de negociar:

  • La paradoja del asno de Buridán. Igual que este moría de sed e inanición al ser incapaz de elegir entre el heno y el agua, algunos candidatos entran en una situación de bloqueo porque piensan que pedir una cantidad demasiado baja les hará perder dinero y pedir una demasiado alta les hará ser descartados en el proceso.
  • Que la persona que realiza la entrevista haya preparado la pregunta como criterio de corte para seleccionar los candidatos menos exigentes.

En cualquiera de los dos casos, la respuesta es la misma: se espera de ti que tengas una idea clara de tu valía y cuál es el sueldo que esperas percibir por tu trabajo y tus habilidades. Y a continuación verás de qué forma puedes armar tu estrategia de cara a la entrevista y lograr que de esta salga un acuerdo beneficioso para la compañía y para ti.

 

Buscando tu salario ideal

Con el objetivo de llegar lo más preparado posible a la entrevista, necesitas establecer el rango salarial en el que se encuentra el sueldo que deseas, de forma que tengas margen de maniobra a la hora de negociar.

Es fundamental que realices una autoevaluación de tus competencias y formación y de las debilidades y fortalezas que presentan, si no lo has hecho ya. Aunque es difícil, intenta ser objetivo, como si estuvieras examinando tú a un candidato. No podrás tener una idea realista de tu capacidad de negociación si previamente no has realizado este paso.

Después hay que comparar esa primera estimación con lo que el mercado va a ofrecerte. La primera idea lógica es ponerse en contacto con una persona que ya esté trabajando para la empresa, vía redes sociales o en persona. De esta forma tendremos una idea aproximada de los márgenes en los que se mueve la compañía.

Esto no siempre es posible por diversos motivos y, además, aún está muy extendida la resistencia a hablar del sueldo que percibimos.

Un método más objetivo es el uso de páginas y herramientas online. Con una breve búsqueda en Internet encontrarás diversas calculadoras salariales que pueden. Se trata de recursos muy útiles, pero no te bases únicamente en ellos para hacer tus cálculos, ya que te arrojarán resultados generales por sectores que pueden acercarse o no a los de la compañía a la que quieres optar.

Además, ten en cuenta otros posibles beneficios que ofrezca la organización. Por ejemplo, si cuentan con servicio de guardería, puede compensarte una oferta económica algo por debajo de la que esperabas. Otros puntos para contemplar son los que tienen que ver con el llamado salario emocional.

 

Algunos consejos para negociar

Llegados a este momento, surge la cuestión principal: ¿Cuándo puedo tratar el tema de mi salario?

Ya hemos visto que este no es ya una cuestión tabú, pero hay un momento adecuado para tratarlo, y es aquel en el que el entrevistador pregunta al candidato cuál es el sueldo que desea percibir. La empresa ya tiene una oferta en mente y desea compararla con la tuya.

Cuando respondas a esta pregunta hazlo tranquilo y transmitiendo seguridad. Si te has autoevaluado y eres consciente de lo que puedes ofrecer a la compañía, tienes la ocasión de apoyar tu oferta hablando de las razones por las que consideras la adecuada.

Este es un buen escenario para evitarte un error común: piensa en bruto y no en neto, y te evitarás confusiones. Es un hecho que los entrevistadores tienden a calcular sus ofertas en bruto, porque es la forma en que debe pensar una empresa, mientras que los candidatos tienden a pensar en neto porque es lo que perciben.

Debes mostrarte flexible, es la esencia misma de una negociación. Para eso has calculado un rango salarial con un mínimo y un máximo: para poder moverte en él con tranquilidad.

Por último, si estás acometiendo un cambio de empresa, es posible que te pregunten por tu salario actual. Si es alto, te servirá como elemento de referencia y negociación. Sin embargo, si es bajo y el rango que estás demandando lo supera por bastante, muchos expertos recomiendan no hablar de él si es posible o responder con frases del tipo: “estaba en la media de lo que se percibe en el sector”. Aunque una estrategia más directa sería admitir que es bajo y explicar que no está a la altura de tus responsabilidades y que por esa razón estás buscando una nueva compañía.

En cualquier de los dos casos, cuando prepares tu entrevista, piensa que esa es una pregunta que puede surgir y prepara tu respuesta y tu argumentación.