Aplica el storytelling en tu búsqueda de un mejor puesto de trabajo

Los reclutadores que se encargan de valorar los CV disponen con frecuencia de muy poco tiempo para valorar a cada candidato. Y gran parte de ellos tienen, al menos, tanto talento y experiencia como tú. Usar el storytelling es lo que necesitas para que tu currículum tenga el gancho suficiente para ser rescatado de entre el montón. No se trata en realidad de algo nuevo, pero verás cómo puedes aplicarlo a tu candidatura.

mujer con unos prismáticos sentada encima de unos libros

Storytelling, o el viejo arte de saber contar historias

Tener un currículum vitae brillante no es garantía de nada cuando se está buscando trabajo. Eso lo sabe de sobra cualquiera que haya realizado suficientes entrevistas. Tampoco lo es tener la fortuna de encajar a la perfección en un puesto que parece hecho a tu medida.

Con frecuencia has podido constatar que quienes eran finalmente contratadas eran personas con un perfil más bajo que el tuyo. No te hagas mala sangre ni pienses mal de nadie, porque quizá la explicación es más sencilla. Es muy posible que no hayas sabido comunicarte con el reclutador.

Enumerar méritos, formación y puestos ocupados no basta cuando la competencia es dura. Se trata solo de datos y los datos no seducen. Para seducir a tu empresa deseada necesitas construir una historia.

El arte de construir historias es muy viejo. Cierto que aquí no se trata de entretener ni de hacer reír o llorar a tu público. Pero es que los relatos que ha construido la gente a lo largo de la historia no siempre han servido para entretener. Con frecuencia, querían enseñar o convencer.

A través de tu historia, aplicando el storytelling, vas a enseñar a tu reclutador cómo tus habilidades responden a sus necesidades. Y le convencerás de que deben contratarte a ti. Verás que Tyron Lannister tenía razón cuando decía: “No hay nada más poderoso en el mundo que una buena historia”.

 

Cómo crear tu storytelling

Tu storytelling, ya lo has visto, es un relato. En ese relato, tú serás el protagonista y su argumento básico será la historia de cómo te convertiste en la persona ideal para ocupar el puesto ofertado.

Las narraciones se construyen sobre la base de una estructura bien conocida:

  • La presentación introduce al protagonista, que eres tú. Aquí reside el principal valor del relato. Revelar la persona es lo que pone en valor lo que vas a contar. No es un retrato. Es la Mona Lisa.
  • El nudo es el desarrollo de tu historia y aquí es donde contarás cómo adquiriste tu experiencia y tu formación.
  • El desenlace es el final, al que han conducido de forma estudiada las otras dos fases de la narración. Aquí es donde concluyes la forma en que todo ello te hace ideal para el puesto de trabajo que ellos ofertan.
 

Cómo trabajar tus habilidades como narrador

Es importante que recuerdes esto: no estás entreteniendo a una audiencia cualquiera. Tu propósito es convencer.

Para ello, debes fundamentar tu storytelling en datos reales y contrastables. Es un consejo que se repite a menudo cuando se trata de aconsejar sobre las entrevistas de trabajo: no mientas. Aquí también es aplicable esa misma advertencia y por la misma razón. Es decir, no seas cuentista.

En las historias, nada le sucede al héroe de forma casual. Las situaciones en las que se va inmerso van cambiando su carácter. En las buenas historias, el protagonista ha sufrido una transformación desde el momento en que es presentado al lector hasta el momento en que termina su aventura.

De la misma forma, los diferentes puntos de tu CV reflejan momentos en los que te enfrentaste a retos, superaste dificultades y adquiriste nuevas habilidades. Eras junior y ahora eres senior. Y esa metamorfosis es la que vas a relatar.

Cada emisor tiene un receptor y cada contador de historias tiene un público objetivo. En este caso, tu público objetivo será la empresa a la cual estás optando. Si quieres calar hondo en la persona que va a recibir tu historia vas a tener que hacer un trabajo previo.

Eso significa que tendrás que estudiar a fondo la empresa. Solo de esa forma podrás encajarla dentro de tu relato como el lugar al que llega el héroe al final de su singladura. Si no haces ese trabajo, tu relato fallará donde fallan muchos malos relatos: tendrá un final malo.

No seas melodramático. Cuenta tu historia de una forma natural, usando un lenguaje sencillo y medido. La mejor forma de narrar es siempre aquella en la que te sientes cómodo y que tiene que ver contigo y tu personalidad.

 

Algunos consejos para tu storytelling

Dedica tiempo y esfuerzo a crear tu storytelling. Salvo que tengas una habilidad innata como narrador, crear un relato potente, sencillo y cautivador es el resultado de un proceso duro.

Haz que tu historia se veraz incluyendo datos y nombres en ella. Los detalles son importantes cuando suman y no cuando restan en una historia. Sumarán cuando ayuden a colorear tu historia y dar voz a los personajes. Restarán cuando detengan y ralenticen la narración.

Hay una forma óptima de decir que en el departamento de marketing de M aprendiste a ser un mejor jefe de equipo. Consiste en decir que en el departamento de marketing de M aprendiste a ser mejor jefe de equipo. Busca la sencillez y la claridad.

Puede ser una buena idea incluir a tus interlocutores en la historia, hablando del papel que representan dentro de tu desarrollo personal. Para ello necesitarás un gran conocimiento previo de la cultura y los valores de la empresa.

Si decides acabar con una llamada a la acción piensa que es una gran idea siempre y cuando no sea forzada y sea una conclusión natural de la historia.

 

¿Dónde puedo usar mi storytelling?

En un nivel básico, puedes usar tu storytelling en la biografía de tu currículum vitae, como has estado viendo hasta ahora.

Sin embargo, puedes usar versiones más desarrolladas y extensas en tus redes sociales, en los portales de búsqueda de empleo o en tu blog profesional.

Y, por supuesto, sería interesante que desarrollaras una versión más extensa para tu entrevista personal. En este caso, ten en cuenta que el lenguaje hablado tiene sus particularidades que lo diferencian del escrito.